Instalaciones fotovoltaicas, ¿en qué punto estamos?
Para entender mejor en qué punto se encuentran las instalaciones fotovoltaicas, convendría en primer lugar remontarse al año 2007. En aquel momento las reglas del juego eran claras: el Real Decreto 661/2007 establecía que la energía eléctrica producida por una instalación fotovoltaica se pagaría a 44 c€/kWh (para potencias de hasta 100 kW).
Por poner una referencia, un hogar medio español pagaba el término de energía de su factura eléctrica a 9 c€/kWh. Entonces, ¿por qué primar a la energía solar con este precio tan alto? Porque había que incentivar a la empresa o particular que soportaba el 100% de la inversión ofreciendo una rentabilidad lo suficientemente atractiva como para animar a este desembolso de varios cientos de miles de euros. Los costes eran elevados y por tanto la tarifa primada tenía que ir en consonancia.
¿Y qué ocurrió? Que el Plan de Energías Renovables 2005-2010 tenía prevista la instalación de 400 MW de tecnología fotovoltaica para finales de 2010, y en mayo de 2008 se alcanzaron los 1.000 MW de potencia instalada, cifra que superó los 3.000 MW a principios de 2009. Se produjo el descontrolado boom fotovoltaico español , a lo que se quiso reaccionar en septiembre de 2008 con el RD 1578/2008.
Era hora de poner un cupo máximo anual de potencia y de establecer una tarifa (partiendo de 32-34 c€/kWh) que se fuese reduciendo de manera progresiva a medida que la potencia instalada crecía y por tanto se reducía el coste de la inversión. Pero, ¿por qué no se hizo esta previsión en el año 2007 a la vista de que se iban a dar las circunstancias que atrajeran la inversión masiva en tecnología fotovoltaica?
Así las cosas, a lo largo de 2009 cayó drásticamente la potencia anual instalada y la tarifa que recibía la fotovoltaica se fue equilibrando a los precios decrecientes de la instalación. Se había conseguido que esta tecnología fuese prácticamente competitiva sin necesidad de primas y España era un referente mundial fotovoltaico.
Pero llegó el año 2010 y con él la inseguridad jurídica : términos plasmados en un Real Decreto-ley como “impacto de la crisis global que atraviesa la economía española” o “las favorables condiciones climatológicas que han llevado a mayor producción eléctrica desde fuentes renovables” daban pie a recortes (retroactivos) no esperados y los que apostaron por la fotovoltaica veían como empezaban a peligrar sus inversiones, esas mismas que habían financiado a 10-12 años bajo el amparo de un Real Decreto que ofrecía máximas garantías. Véase que a finales de 2011 las tarifas primadas iban por los 27 c€/kWh para instalaciones sobre cubierta de hasta 20 kW, 19 c€/kWh para cubiertas mayores de 20 kW y de hasta 2 MW, y 12,5 c€/kWh para instalaciones sobre suelo.
Con el cambio de gobierno, llegó el Real Decreto-ley 1/2012, de 27 de enero, que supuso la paralización absoluta del Régimen Especial de energía eléctrica , es decir, se acababan las tarifas con prima para las energías renovables (entre las que se encuentra la solar fotovoltaica), la cogeneración y los residuos. Esta vez la justificación era el déficit de tarifa, cuestión que da para mucho y de la que pronto hablaremos.
Y, ¿en qué punto estamos? Ya en 2013, las instalaciones fotovoltaicas son rentables sin necesidad de primas , aunque requieren de una regulación que les permita interactuar con la Red de Distribución Eléctrica (cuya explotación está regulada por el Gobierno, no siendo un sector liberalizado), es decir, poder inyectar a red la energía generada que no se autoconsuma de manera instantánea para posteriormente recuperarla (que no cobrarla) cuando se necesite. Este modelo se conoce como Balance Neto y supone la democratización de una energía limpia, segura, técnicamente sencilla y fiable como es la energía solar fotovoltaica.
Un Real Decreto de noviembre de 2011 abre las puertas del Balance Neto y éste se espera desde marzo de 2012, aunque por desgracia de momento sigue sin llegar. Espero que lo veamos a lo largo de 2013 .
Publicado por Luis Cazorla
Ingeniero Técnico Industrial e Ingeniero Químico
Ingeniería e instalaciones sostenibles. Monitorización y gestión de energía. Soluciones de ahorro energético en sistemas nuevos o existentes.